Por fin dejé de penzar un poco en ti, y empesé a penzar un poco en mi. Si, escuchaste bien, en MI.
Apartir de ahora, no voy a pensar más en tu bien, ni en lo que a VOS te conviene. Voy a penzar en lo que me conviene a MI, y a mi no me conviene ésto de que me andes vueltiando, que te quedas con ella, que te quedás conmigo. No, no, NO! Èsto es simple, es fácil. Una de las dos. Y si no te apuras y elegis vos, bueno, creo que tendré que elegir yo. Si nunca pudiste penzar en mi, es hora de dejarte partir. Te voy a extrañar, pero ya no me voy a volver a quejar.